¿Cuál es cual?
Por Jorge Alanis Zamorano
La semilla da origen a una nueva planta, además es fuente de nutrientes, por lo que alimentarnos de ellas o sembrarlas tienen el mismo fin siempre: la vida.
Hoy día nos topamos con variedades de semillas para un habanero, tomates, por mencionar dos ejemplos; así mismo existe un mundo de lugares y frutos donde resaltan la palabra “criolla o híbrida” sin saber muchas veces –el consumidor final- a qué se refiere y a qué responde el resaltar dicha cualidad, condición o variedad. Lo que sí, es que existe diferencia en sabor, forma y colores. El tiempo de vida de los frutos también tienen cierta diferencia una de otra.
Criolla = Local
Primero, qué es criolla. Proviene del concepto “autóctono o propio” por lo que es del lugar mismo donde se consume o se compra ese fruto o semilla; está adaptada a todas las condiciones del entorno. Se presume que la selección de la semilla “local” –también conocida de esta manera- es realizada por los productores o de manera natural, además fomenta el no abandonar la agricultura tradicional que es de manera manual, el autoconsumo de lo que se siembra y cosecha, y por supuesto, sin perder la biodiversidad local.
Finalmente sumando a lo anterior, se logran semillas o descendencias fértiles asegurando próximas siembras.
Semillas híbridas
Proviene de una intervención compleja y más que la selección natural sucede a partir del cruzamiento de varias semillas dando como resultado un alto potencial en rendimiento, sin embargo, es de una sola generación y no se puede volver a sembrar. Por supuesto que tiene sus grandes ventajas: buen rendimiento, resistencia a enfermedades e incluso, al clima. Deberá estar siempre dentro de un paquete tecnológico para su tratamiento y resultados calculados.
Cabe mencionar el tener en cuenta estas diferencias en la trazabilidad de las semillas, ya sean criollas o híbridas.