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Hidromiel: alimento de vida

Por María Elisa Yáñez

Fotografías cortesía de Eustaquio Pech

Don José Eustaquio Pech Cordero, nacido en Espita hace 47 años, ha dedicado más de la mitad de su vida a la apicultura, actividad que no es común en este sitio, sin embargo, aprendió este oficio de su padre y ahora representa un legado para sus hijos.

Hace 7 años que trabaja, además de la venta de miel y sus derivados, en preparar el Hidromiel de forma artesanal en su casa, una bebida de origen europeo considerada el antecesor de la cerveza.

El Hidromiel consiste en un fermentado de miel de abeja y agua; inicia con el hervido de la mezcla, luego procede al enfriado e inoculación de la levadura sin conservadores. Don Eustaquio ha ido probando combinaciones y hasta ahora, los mejores resultados los ha obtenido mezclando con mango, tamarindo y guaya; también utiliza la flor de jamaica y canela.

Sus clientes vienen por botellas de 1 litro y por galones que se preparan sobre pedido, ya que el proceso completo de la preparación le lleva hasta 2 meses.

El Hidromiel fermenta hasta los 7 o 10 grados de alcohol, en algunos casos, y si el tiempo de fermentación se excede, se convierte en un vinagre que se utiliza para marinar carnes y pescados. Otro de los derivados de este es un jarabe para la garganta compuesto de miel, moringa, jugo de limón, jengibre y propóleo.

Don Eustaquio difunde sus productos en eventos y ha sido todo un éxito en la feria de Espita y ferias ganaderas de la región. Actualmente se le distingue por recomendación y su número viene impreso en las etiquetas de sus productos. 

Lo mínimo con lo que cuenta para su producción lo adquirió de uno de sus clientes en la Ciudad de México“Salón Gourmet”, quienes promueven, capacitan y se interesan en la producción de miel y sus derivados.

Por otra parte, como apicultor, Don Eustaquio se dedica a la venta de colmenas y cuenta con un criadero de abejas reina para vender entre los productores ya que hoy en día, gracias al apoyo de la alcaldesa de Espita, se está promoviendo esta actividad en la región.

El sueño de Don Eustaquio es que sus hijos de 15, 17 y 21 años sigan aprendiendo el oficio y lo continúen apoyando a él y a su esposa en el desarrollo y crecimiento de su negocio.

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