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Ichmul, un rincón de Yucatán que guarda al Cristo de las Ampollas y tesoros coloniales

El sacristán invita a conocer la pequeña comunidad enclavada en los límites con Quintana Roo, donde hay vestigios de La Guerra de Castas, otra iglesia Colonial y un Cementerio del siglo XVIII

Por Martha López Huan

En estas vacaciones de verano, el sacristán del Santuario del Cristo de las Ampollas, Marcelino Kantún Chay, invita a visitar Ichmul, al sur de Yucatán, donde conocerán la historia de la milagrosa imagen, vestigios de la Guerra de Castas, un Cementerio del siglo XVIII y otros tesoros coloniales.

En ese rincón de Yucatán, ubicado en los límites con Quintana Roo, surgió en 1644 la devoción del Cristo de las Ampollas, una imagen creada en tres días por un misterioso artesano de origen español.

“Es algo milagroso, porque se cuenta que el Cristo de las Ampollas se creó con madera de un árbol que a lo lejos, por las noches, se veía que ardía en llamas. El padre pensó que era algo diabólico y lo mandó a cortar, entonces trajeron la madera a la iglesia y luego vino un tallador que en vez de hacer a la Virgen María como se lo ordenaron, creó al Santo Cristo”, explicó.

Durante una visita a Ichmul, que se ubica entre Peto y Thiosuco, se constató que ya no hay edificios mayas, pero sí una iglesia colonial del siglo XVI y algunos vestigios de la jurisdicción del Halach Huinic Nacahum Cohua que gobernó el pueblo antes de la conquista.

El sacristán Marcelino Kantún Chay contó algunos sucesos y como el Cristo se salvó durante un incendio en la iglesia que lo dejó negro y lleno de ampollas.

El Cristo de las Ampollas original fue llevado a la S.I. Catedral de Mérida como una herencia del párroco Juan de la Huerta Maldonado, quien falleció en 1644 en Hocabá.

El Cristo llegó a la Catedral el 16 de mayo de 1645, con vistosa procesión que encabezó el entonces alcalde Alfonso de Vargas.

Sin embargo, en septiembre de 19151 se registró una destrucción de retablos y capillas coloniales en la Catedral.

Los clavos de plata, la corona elaborada con amatistas, los manipulas de seda dorada y otras joyas del Santo Cristo desaparecieron para siempre, pero la historia del Cristo de las Ampollas seguirá viva, “no sólo por las réplicas que hay en la Catedral y en Santuario de Ichmul, sino por la fe los yucatecos”.

El arte sacro de tres siglos y el Santo Cristo de las Ampollas de Ichmul desapareció, algunos cuentan que la destruyeron con picos y barretas y los restos fueron arrojados en las costas de Sisal.

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