Conoce la importancia de este insecto sagrado de la comosgonía maya
Con información de El Universal
Para los mayas, las abejas meliponas fueron creadas por el dios Itzamnà, a la reina de la colmena la llamaron Balan Cab. Kolel-Kab que significa “la dama de la miel” y Xunan Kab que significa “abeja sin aguijón”, fueron los nombres con los que los mayas se referían a dicha abeja (beecheii), especie endémica de Yucatán, la cual se caracteriza por no tener aguijón, por su pequeño tamaño y por producir miel a la que se le atribuyen facultades curativas.
Antes de que los españoles trajeran la abeja Apis mellifera al nuevo continente en el siglo XVI, los mayas ya habían domesticado a la abeja nativa, la cual aparece en “la sección de las abejas” del Códice de Madrid (Tro-Cortesiano), el cual contiene más de 50 imágenes de este insecto, incluso podría decirse que este es el manual más antiguo del mundo en lo que a meliponicultura se refiere, pues corresponde a la época precolombina.
Foto: Miel Nativa
Begoña Quijano Lozano, fundadora de Queen Bee Honey, señala que los mayas consideraban a las abejas como sagradas, y que como la producción de miel melipona era poca, la utilizaban solo para las ceremonias y para consumo exclusivo de los sacerdotes, aunque también era considerada como un elixir para aliviar todo tipo de enfermedades.
Añade que los mayas llevaban a cabo ceremonias, las cuales todavía siguen vivas en Yucatán, en la que no nada más se venera a los dioses para pedir buena cosecha y buenas lluvias, sino también se les pide buena producción de miel.
Foto: Secretaría de Turismo de Yucatán
En la Península de Yucatán podemos encontrar: 17 de las de 46 especies de abejas sin aguijón registradas en México.
Ella explica que la tradición de la meliponicultura ha sido heredada de padres a hijos desde la época precolombina. Los mayas tenían atrás de sus casas un tronco seco y hueco para que las abejas formaran su colmena, el cual era heredado de padres a hijos.
Cosecha de miel
Como la floración se lleva a cabo de febrero a junio, esos son los meses fuertes para la producción de miel, que es el alimento de las abejas, no es para nosotros, indica Begoña. Destaca que la apicultura y la meliponicultura sustentable respetan los tiempos de la naturaleza, de las abejas, así como la capacidad y la fortaleza de las colmenas, por lo que se cosecha la miel o se “c a st ra”, una sola vez al año, y lo que produce una colonia de abejas meliponas en una colmena, es por lo regular litro y medio de miel, a diferencia de la apis que puede superar hasta los 30 litros por colmena.
La luna y las abejas
Begoña aclara que para que haya suficiente miel, respetan los ciclos lunares, una herencia de sus antepasados que resulta efectiva, pues a partir de que lo hacen, tienen mayor producción de miel.
“En luna llena o cuarto creciente procuramos hacer las divisiones o las transferencias, y en cuarto menguante hacemos las cosechas; pero cada cooperativa, cada productor tiene una técnica distinta”, asevera.
Foto: Miel Nativa
Además, añade, no cosechan cuando llueve, cuando está nublado o cuando hace frío, porque las abejas no están cómodas y pueden volverse un enjambre, y aunque no pican por no tener aguijón, pueden ser agresivas.
Se calcula que se cosecha la miel melipona desde los años 300 a 200 años a.C.
Las propiedades de su miel
De acuerdo con los productores de Miel nativa, la miel melipona posee “numerosos elementos que actúan directamente sobre la armonía de nuestro equilibrio biológico. Contiene todas las vitaminas que los bromatólogos consideran necesarias para la salud, A, C, D y E. También las del grupo B, tiamina, niacina, riboflavina, ácido pantoténico, piridoxina y biotina, además de ácido ascórbico”.