Cómo los jóvenes indígenas están haciendo frente al cambio climático, la pandemia de la COVID-19 y otros desafíos mediante soluciones innovadoras
Los niños y jóvenes son nuestro futuro, pero también son nuestro presente. Los jóvenes, innovadores y con capacidad de adaptación por naturaleza, suelen ser los primeros en adoptar las nuevas tecnologías para afrontar retos o encontrar soluciones. Esto es particularmente notable en las comunidades de pueblos indígenas, que frecuentemente hacen frente a una marginación sistemática, la negación de sus derechos y la destrucción de sus territorios.
Los pueblos indígenas se encuentran entre los más afectados por el cambio climático, aun cuando son las personas que menos contribuyen a este. De hecho, los sistemas alimentarios de los pueblos indígenas mejoran la diversidad biológica y mitigan los efectos del cambio climático.
Durante cientos de años desarrollaron modos de vida y sistemas alimentarios basados en la observación y adaptación a los cambios del medio ambiente, creando sociedades excepcionalmente resilientes.
En todo el mundo, los jóvenes indígenas están impulsando iniciativas para hacer frente a los desafíos mediante la combinación de sus conocimientos y prácticas con las nuevas tecnologías y redes con múltiples recursos. De esta manera, los jóvenes indígenas pueden transitar tanto por las culturas tradicionales como por las tendencias modernas y combinarlas. Esto fue especialmente evidente en la pandemia de la COVID-19, durante la cual crearon servicios de distribución y adaptaron los instrumentos de comunicación a fin de ayudar a sus comunidades a mantenerse sanas e informadas.
En la publicación de la FAO Los jóvenes indígenas como agentes del cambio se destacan seis casos inspiradores de acciones encabezadas por jóvenes destinadas a superar la COVID-19 y los desafíos que plantea el clima.
A continuación, se presentan solo tres de estos ejemplos de soluciones dirigidas por los jóvenes indígenas.
La creación de una red digital indígena
La agrupación juvenil Kipkandule Code Area (KCA) está integrada por 58 miembros y fue fundada en Kenya en 2018. Pertenecen al pueblo indígena endoroi, cuyos sistemas alimentarios y de medios de vida dependen del pastoreo, la apicultura, la agricultura y la pesca.
A los problemas ocasionados por los efectos del cambio climático, como las inundaciones graves y las sequías prolongadas, la pandemia de la COVID-19 agregó nuevos desafíos. La KCA respondió a ellos creando una red digital para los miembros de la población endoroi de diferentes zonas a fin de garantizar que la comunidad pudiera acceder ampliamente a información actualizada sobre la COVID-19 en su idioma de Mochongoi (Kenya). Esta solución es un ejemplo de los beneficios que aportan las tecnologías de las comunicaciones a las comunidades para que se organicen y cuiden sus necesidades comunes durante las emergencias de salud pública. Asimismo, la agrupación juvenil recaudó dinero para reparar las carreteras destruidas durante las fuertes lluvias e inundaciones. Esto permitió que la comunidad mantuviera el acceso a los equipos médicos y productos de higiene necesarios durante la pandemia y a garantizar la disponibilidad de alimentos en los mercados.
Entrega de jardineras y equipos médicos
El Consejo Juvenil de las Naciones Indias de Chicago se creó en 2012 y está integrado por diferentes grupos de jóvenes y adultos indígenas de la zona del Gran Chicago. Su misión es utilizar la sensibilización y educación para crear un entorno abierto y propicio para los jóvenes nativos. Durante la pandemia de la COVID-19, muchas personas de las comunidades urbanas de pueblos indígenas perdieron sus fuentes de ingresos y tuvieron dificultades para costearse alimentos nutritivos. Esto hizo que el Consejo se centrara en la mejora de la seguridad alimentaria y el bienestar de las comunidades de los nativos americanos de su región. El grupo suministró semillas, tierra y jardineras a 500 nativos americanos y a las comunidades vecinas, que ahora pueden plantar hierbas y hortalizas en los jardines de sus casas.
En los casos en los que no había una recolección de datos que permitiera hacer un seguimiento de los efectos de la COVID-19 en las comunidades de nativos americanos de la región, el Consejo recolectó datos propios a fin de determinar qué vecindarios necesitaban medicamentos y equipos médicos.
Sobre la base de estas soluciones elaboradas por el Consejo Juvenil, la FAO difundió estas mejores prácticas sobre modos de prestar apoyo a las comunidades de pueblos indígenas durante las emergencias. Por ejemplo, un enfoque consiste en verificar que los suministros para emergencias sean culturalmente adecuados y respeten los hábitos alimentarios al mismo tiempo que fomentan la nutrición y la salud.
Suministro de servicios alimentarios a los ancianos
Vivir en Siberia significa estar en la primera línea del cambio climático. La proporción del aumento de la temperatura en este lugar excede la de otras regiones del mundo y, como resultado, Siberia se enfrenta a condiciones climáticas graves, como incendios, tormentas de polvo e inundaciones. A los pueblos indígenas de la aldea de Oimiakón se los conoce como el pueblo sajá, que tradicionalmente se ha dedicado a la cría de renos y caballos. Sin embargo, debido a los cambios drásticos del tiempo en una primavera más calurosa, mantener la ganadería y el pastoreo de caballos se ha convertido en un problema. A fin de hacer frente a estos desafíos, en 2017 las jóvenes madres indígenas de Oimiakón crearon el grupo juvenil de Kyubey con objeto de crear concienciación acerca de las cuestiones de la comunidad, tanto a nivel comunitario como gubernamental.
Cuando la COVID-19 golpeó en 2020, el pueblo sajá se enfrentó a más dificultades, como el acceso limitado a la salud y a los servicios de internet. A los ancianos de la comunidad les ha resultado más difícil mantener su seguridad alimentaria en este período. Esto llevó a que el grupo de jóvenes prestara servicios de entrega y compra de alimentos a las personas mayores. Los jóvenes cazadores indígenas también compartieron sus presas (peces y patos) con ellos y con otras muchas otras personas vulnerables a fin de garantizar alimentos naturales y nutritivos durante el confinamiento.
El grupo juvenil de Kyubey también tradujo las recomendaciones de la Organización Mundial de la Salud al idioma sajá e informó sobre ellas a los aldeanos. Esto pone de relieve la necesidad de ayudar a las comunidades de pueblos indígenas a facilitar su acceso a las tecnologías y la traducción de recursos esenciales durante las emergencias.
Los jóvenes indígenas lideran a sus comunidades en tiempos difíciles encontrando soluciones innovadoras que combinan las tecnologías modernas con sus prácticas, sistemas de alimentación y conocimientos, idiomas y valores culturales. Utilizando la tecnología, la recaudación de fondos y los servicios de distribución, encuentran soluciones para mejorar la seguridad alimentaria en sus comunidades y hacer frente a los desafíos relacionados con el clima. La FAO trabaja con las comunidades de pueblos indígenas para reconocer, respetar, documentar y promover sus sistemas alimentarios y de conocimientos en la búsqueda de soluciones a los retos actuales, ya estén relacionados con el cambio climático, la inseguridad alimentaria o las pandemias.
(Con información de FAO)