Cientos de plantas han solucionado siempre las necesidades diversas del hombre de todos los tiempos y culturas, principalmente en lo que se refiere a la recuperación y conservación de su salud. Desde tiempos remotos en las comunidades mayas de la Península de Yucatán, sus pobladores han aprovechado los recursos naturales del medio aledaño con un profundo conocimiento botánico: más del 90% de las <especias están reconocidas según sus características, usos y propiedades.
No es raro pues que, en estos tiempos modernos, en estados como Yucatán y Quintana Roo se registren alrededor de 200 especies de plantas empleadas en la medicina tradicional. Este legado cultural y tradicional es transmitido de generación en generación y lo heredan los curanderos (llamados yerbateros en el sureste mexicano), quienes llegan a tener gran influencia en sus comunidades, donde interviene de manera fundamental el aspecto místico religioso de la medicina y la enfermedad.
Esta herbolaria tradicional es un elemento que persiste tanto en el medio rural como en el urbano, donde diversos conocimientos mayas como los remedios caseros a base de plantas se conservan aún.
Destaca el uso del jícaro (Crescentia cujete) para diarreas, asma e inflamaciones; el xcanan (Hamelia patens) contra malestares de la mujer y para ayudar en la inflamación y la cicatrización; el ramón (Brosimum alicastrum) para asma, tos y diabetes; el chacáh (Bursera simaruba) contra dolores de cabeza, vejiga, úlceras e inflamación; y el mat-zab-citam (Bidens pilosa) para tos, diabetes y baños usando la cocción de tallos y hojas. Asimismo, cientos de especies comunes como el achiote, el guarumo, el chicozapote , el mamey y la naranja agria, también tienen aplicaciones medicinales en la amplia región maya.
Se sabe que uno de cuatro medicamentos de la medicina occidental (alopática) se han obtenido en estas selvas tropicales que constituyen una enorme fuente potencial de medicinas para curar enfermedades graves. Debe resaltarse la gran comprensión del medio natural y el conocimiento de las propiedades de las plantas aportado por los mayas, para revalorarlos con credibilidad y respeto.
Fuente: Península de Yucatán, Editorial Clío.