Llegamos a Telchac Puerto, abordamos el transporte y nos dirigimos mar adentro, mientras tanto la brisa nos daba en el rostro. Una sensación extraña recorría mi cuerpo, sabía que muchas personas mueren año tras año con tal de obtener este ejemplar, pero ahí estábamos, empezando con la liberación de doscientos pepinos de mar. El Dr. Miguel Ángel Olvera Novoa, encargado de la estación marina del Cinvestav junto con su equipo de trabajo fueron quienes llevaron el proceso. Nos relató sobre los proyectos que llevan a cabo para la conservación y reproducción de esta especie.
La situación a la que se enfrentan los pescadores es de película, ya que en México se tienen autorizados 15 días para su pesca legal. Este ejemplar puede costar de $1000 a $1400 el kilogramo (cocido), por lo que los pescadores arriesgan su vida con tal de obtener una cantidad considerable de pepino de mar. Las afectaciones son graves y van desde una descompresión mientras bucean, hasta la muerte debido a balaceras ocurridas por grupos antagónicos de pescadores o asaltos, estos son algunos de los riesgos que enfrentan durante el tiempo de captura.
A partir del problema por la pesca de pepino de mar en Yucatán, en el año 2008 se considera la necesidad de desarrollar alternativas, ya que es una especie muy vulnerable y en peligro de extinción debido a la pesca furtiva. Existe un proyecto de cultivo comenzando con la crianza de la especie para posteriormente liberar a los reproductores, por lo anterior se cría en cautiverio en condiciones controladas, en una producción constante.
El CINVESTAV toma cartas en el asunto y como resultado de sus investigaciones han podido ser los primeros en realizar el desove controlado de esta especie en México. A finales del 2018 se realizó el primero con animales de 3 años nacidos en cautiverio. Actualmente se está trabajando en la producción, probando diferentes modelos para la engorda y lleguen a su talla comercial con mayor rapidez.
La liberación que se realizó fue de los reproductores que utilizaron a lo largo del año para las investigaciones. Son organismos silvestres capturados en junio y ahora, que pasó la época de reproducción, fueron liberados al mar.
Los tiempos de captura no son los adecuados
El Dr. Miguel nos explica que se ha tratado de que la veda respete los tiempos de reproducción, ya que la época de pesca autorizada no es la adecuada, porque este organismo se reproduce a partir de mayo o junio, alcanzando su pico de reproducción en julio. Si la autorización de la captura se hace a finales de mayo, entonces realmente se están capturando a los reproductores que desovan en el séptimo mes, afectando gravemente la reproducción de este organismo, por lo que los pescadores tendrán cada vez menor captura.
Gracias a estos proyectos, los pescadores del poblado están conscientes de la necesidad de proteger el recurso y respetar las vedas, sabiendo que, a partir de este trabajo de investigación, ellos y sus familias serán los beneficiarios. Esperemos que las autoridades de la nueva gestión tomen cartas en el asunto, el problema ambiental que se puede ir provocando impacta directamente en la flora y fauna del mar.