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Más de 6 mil hectáreas en México están dedicadas al cultivo de tabaco


Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), se cultiva y produce tabaco en más de 125 países como un cultivo comercial, abarcando una superficie aproximada de 4 millones de hectáreas.


A nivel mundial, el problema del tabaquismo provoca más de ocho millones de muertes al año, y solo en México se registran más de 63 mil decesos. Además de ser un desafío para la salud pública, el cultivo y la producción de tabaco también contribuyen a la crisis alimentaria global. Los países están utilizando vastas extensiones de tierra fértil para cultivar tabaco en lugar de alimentos, lo que resulta en consecuencias sanitarias, medioambientales y económicas que afectan principalmente a los agricultores de países de bajos y medianos ingresos.

Con el objetivo de generar conciencia sobre los perjuicios del cultivo de tabaco, el Instituto para el Control Mundial del Tabaco (IGTC) de la Escuela de Salud Pública Bloomberg de la Universidad Johns Hopkins ha creado diversos materiales en apoyo a la campaña del Día Mundial Sin Tabaco promovida por la Organización Mundial de la Salud (OMS).

El tema central de este año es «Cultivemos alimentos, no tabaco», que busca persuadir a los gobiernos para que pongan fin a las subvenciones al cultivo de tabaco y, en su lugar, incentiven a los agricultores a producir alimentos que mejoren la seguridad alimentaria.

Según la OMS, el tabaco se cultiva y produce como un cultivo comercial en más de 125 países, abarcando aproximadamente cuatro millones de hectáreas. En la región de las Américas, ocupa el tercer lugar en cuanto a superficie dedicada a su cultivo a nivel mundial y el segundo en términos de países productores. En México, la economía tabacalera se sitúa en el séptimo lugar en la región y en el puesto 39 a nivel global, con más de seis mil hectáreas destinadas a su producción.

Aunque muchos países consideran el cultivo de tabaco como una actividad comercial que puede generar crecimiento económico, sus consecuencias principales suelen ser la inseguridad alimentaria, el aumento de enfermedades no transmisibles y los impactos ambientales negativos. Algunos de los efectos perjudiciales más destacados derivados de la producción de tabaco incluyen:

  • Exposición a productos químicos pesados y nicotina: los cultivadores de tabaco que se encargan de plantar, cultivar y cosechar esta planta pueden absorber nicotina equivalente a la que se encuentra en 50 cigarrillos al día.
  • Enfermedad del tabaco verde: esta enfermedad se produce por la absorción de nicotina a través de la piel al manipular las hojas de tabaco, afectando a uno de cada cuatro cultivadores de tabaco.
  • Deforestación: el cultivo de tabaco es responsable de aproximadamente el 5% de la deforestación total, contribuyendo así a las emisiones de dióxido de carbono (CO2) y al cambio climático. Se requiere aproximadamente un árbol para producir 300 cigarrillos.
  • Uso intensivo de pesticidas: el cultivo de tabaco consume grandes cantidades de recursos y requiere el uso intensivo de pesticidas y fertilizantes, lo que contribuye a la degradación del suelo.

A pesar de las medidas actuales de control del tabaco, como el aumento de impuestos en sus productos, advertencias sanitarias y espacios libres de humo, más de 14.9 millones de ciudadanos mexicanos continúan fumando, gastando más de mil 250 pesos mensuales en cigarrillos. Esta suma de dinero podría destinarse a la compra de alimentos y artículos esenciales para el hogar.

Además, junto con los recursos desarrollados por el instituto, se ha puesto a disposición del público en general una encuesta que busca promover la concienciación y sensibilización sobre estos temas.

Con información de Agro 2000/Fotografía: www.url.edu.gt

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