Por Bernardo Caamal Itzá
Desde los inicios de la campaña para bajar la población de la Diaphorina, insecto vector que ocasiona la enfermedad bacteriana del Huanglongbing (HLB) o Dragón amarillo en los cítricos, los técnicos que trabajan en la brigadas del Comité de Sanidad Vegetal de Yucatán (CESVY) en el sur de Yucatán, para hacer su labor, se han enfrentado a varios problemas.
-Al realizar el monitoreo a la Diaphorina, de inicio colocamos las trampas a cada 200 metros de acuerdo al protocolo que señala la forma idónea para realizarlo, en ese tiempo, a veces tenemos que hacer brechas, como estamos en periodo lluvioso, al regresar, ya las yerbas ya están muy altas y nos dificulta realizar el trampeo, sólo porque nos auxiliamos con el GPS, nos indica donde está el árbol en cuestión, resaltó uno de los técnicos que trabaja en el programa. Pero de forma general, se ha tenido el apoyo y el respaldo de la gente de las comunidades donde se ha fumigado, aseguro el Ing. Severo Escobedo Cortés, presidente del CESVY.
Indicó que durante éstas actividades de fumigación que se realiza en las zonas urbanas, el tiempo de realizarlo, dependen del número de manzanas que tenga la comunidad en cuestión, Oxkutcab, por ejemplo fue de 416 manzanas; Akil más de 200, y Yotholín con 48. Hasta el momento los ayuntamientos en sus respectivas áreas de cobertura, se han sumado a las labores de fumigación. “En general ha sido un trabajo de estrecha colaboración, tal como el CESVY se coordina con las autoridades estatales y federales, en este caso hemos contado con el apoyo de las autoridades municipales y comisarios municipales para realizar nuestra labor”, aclaró.
Destacó que las labores del CESVY en los huertos citrícolas sureños, no sólo ha sido en la campaña de fumigación química sino trabajamos de forma simultánea con otras actividades, como la detección oportuna del HLB en las huertas comerciales aún libres de esta enfermedad, asimismo el personal técnico del programa tiene contemplado en su programa de trabajo, la capacitación permanente de los productores en las tres actividades fundamentales para el control, que son detección y eliminación de los árboles enfermos, control regional del vector y el uso de plantas producidas en los viveros certificados.