Un sistema agroecológico puede reducir los costos de producción hasta en un 40 %, en relación con la producción con agroquímicos, alcanzando iguales niveles de productividad, pero mejorando la calidad de los alimentos en beneficio del consumidor
Ciudad de México, 7 de septiembre de 2022.— Para enfrentar los desafíos del cambio climático, la crisis energética, la crisis alimentaria, los eventos pandémicos y la erradicación de la pobreza alimentaria, se requiere instrumentar un innovador programa de producción agroecológica que sea política pública en México, propuso Homero Blas Bustamante, ingeniero agrónomo especialista en producción orgánica y agroecológica.
Se consideró que ya no es posible implementar políticas donde cada nivel de gobierno hace planes de desarrollo en forma aislada, se debe actuar en forma coordinada e incluyente con las comunidades.
Para el caso de la Ciudad de México se ha implementado el uso del distintivo “Sello Verde” que es un sistema novedoso anticorrupción que ofrece certeza a consumidores para adquirir alimentos justos, saludables y sustentables.
Lo anterior fue dado a conocer por Homero Blas Bustamante durante el curso de capacitación al personal técnico del Programa “Altepetl” de la Ciudad de México.
Para 2021 se estimaron dos mil 890 hectáreas agroecológicas en la zona rural de la Ciudad de México, en esta superficie se producen verduras, hortalizas, frutas, cultivos anuales, flores y también hay actividad pecuaria como ovinos y bovinos, se practica también la apicultura produciendo miel, polen, propóleo y jalea real.
La reducción en los costos de producción es variable conforme cada unidad de producción avanza con su plan de manejo agroecológico, comparado con una producción convencional con uso de agroquímicos, enfatizó.
El principal factor que hace reducir costos de producción es la fortaleza de la fertilidad del suelo y la elaboración propia de los insumos orgánicos.
Esto se logra porque cuando la unidad de producción es convencional, es decir, con uso de agroquímicos, se debe iniciar un proceso de gradualidad o conversión que consiste en dejar de utilizar todos los fertilizantes y pesticidas de síntesis química e iniciar el uso de prácticas agroecológicas o regenerativas.
Todo ello es verificado en campo mediante la vigilancia de un tercero y es esta vigilancia que garantiza que solo los productos agroecológicos que cumplen las reglas puedan portar el “sello verde” de la Ciudad de México.
En su exposición, el especialista comentó que se proyecta que en el corto plazo en la Ciudad de México se tengan puntos de venta de productos agroecológicos a precios accesibles para consumidores de bajos recursos.
Pero en el mediano plazo se espera que la totalidad del suelo de conservación de la Ciudad de México sea un territorio exclusivamente de manejo agroecológico y orgánico, agregó.
En el largo plazo esperamos que este modelo de producción se convierta en una política de producción y mercado local en todo el país.
Este programa es impulsado por la jefa de Gobierno de la Ciudad de México, Claudia Sheinbaum, por conducto de la Secretaría del Medio Ambiente de la Ciudad de México, y es importante por seis razones:
- Cuenta con una base jurídica sólida.
- Los productores cuentan con el apoyo del gobierno local para producir sus propios alimentos y para el mercado local.
- Se desarrolla en una ciudad donde el mercado busca productores, normalmente los productores buscan mercado.
- Un importante ejército de técnicos agroecológicos acompaña a productores y productoras.
- Entre otros, su objetivo es fomentar la conservación de recursos naturales en el suelo de conservación de la Ciudad de México.
- Incluye un sistema de garantía de la calidad en beneficio de los consumidores mediante reglas para el uso del “Sello Verde”.
Finalmente, consideró que la Ciudad de México y los principales destinos turísticos en México deben adoptar políticas de consumo responsable y fomentar la organización del sector agroalimentario que incluya a los sectores de turismo, restaurantes, gastronómico y ligar las políticas públicas a la cultura de las comunidades respecto a la producción y consumo de alimentos orgánicos y agroecológicos acompañado de un sistema de garantía de la calidad.
Fotografías: Consultores en Difusión y Comunicación Social