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Pasión por la vida… Mujeres bordadoras

Por Jorge Alanis Zamorano

Conocí a unas mujeres que me demostraron la vida en su máxima expresión; no pierden el tiempo en reparar el pasado, ellas ven hacia adelante con firmeza, pero también con mucha actitud y alegría.

Me senté a platicar con las señoras María Francisca Aké Cruz, Gloria Aké Noh, Severiana Chim Pech y, aunque ausentes en el momento, las señoras Emilia Abam Uh, Elvira Chávez, Karen Cohuo Cen y Marcela Noh, son quienes forman parte de este grupo de mujeres artistas. Todas ellas integran un proyecto donde, el municipio de Muxupip (cercano a Motul), les apoyó económicamente para otorgarles material y así iniciar un negocio propio: un negocio de todas para todas.

Foto: Jorge Alanis

Es María Francisca Aké Cruz quien recibe el dinero, con la condición de conformar un grupo comprometido que pudiera activar y empoderar a otras mujeres de la comunidad. Todas ellas saben bordar así que rápidamente ponen manos a la obra.

Me platicaron que aprendieron en su niñez y con muchas risas coincidieron que sus madres las ponían a bordar en punto de cruz para que estuvieran quietas, porque en aquel entonces, debido a su corta edad, no paraban de hacer travesuras.

Aprendieron al paso; a unas les enseñaron los primeros puntos o técnicas, otras con solo observar se dieron cuenta de cómo se hacía y así, con el paso de los años, han podido mantener una tradición que aquí en Yucatán no solo es muy valorada, sino además son prendas que se utilizan a diario, en eventos especiales, e incluso como sabemos, son prendas muy cotizadas para importación.

Algunas de las piezas que con mucho orgullo nos presumieron fueron hipiles, vestidos, blusas, caminos de mesa y bolsas bordadas cuidadosamente a mano con la técnica de punto de cruz o hilo contado*.

Fotografías: Ana Laura Preciado

Durante mi charla con ellas se dio algo muy especial, es decir, nos mostraron un cariño profundo por lo que hacen, una pasión y alegría que inundó el momento; ellas enfatizaron que la inactividad simplemente no va con su realidad.

Aparte de trabajar el bordado para después ofrecer el resultado a sus clientes, se dedican a otras actividades, por ejemplo, una de ellas se dedica a rezar en funerales y, por supuesto recibe una retribución económica. Emocionada, nos relató que tiene varios en puerta y que debe avisar para no quedar mal, por lo que organiza su agenda y sus tiempos.

Otra de ellas colabora en la cocina del DIF Municipal como auxiliar de cocina, así que cada una empareja sus actividades con el negocio de bordado que las une a todas.

¿Qué me llamó la atención y qué recibí durante mi estancia? Hay veces que nos sentimos agobiados, ensimismados, encerrados en ideas que nos atoran en un espacio, que incluso puede ser deprimente. Al estar con este grupo de bordadoras pude darme cuenta con su plática que, ¡gozan de más energía que yo!, acuden a bailes, ganan concursos y, ¡disfrutan al máximo!

En todo momento mantuvieron un espíritu de empuje que me permitió conocerlas un poco más; además, con cariño y humildad me exhibieron su trabajo y por supuesto, ese ánimo por no parar y seguir adelante; aquel espacio que compartí con las tres señoras me demostró que nos detenemos en tonterías perdiendo nuestro preciado tiempo vital.

Concluyo entonces que como lo he dicho siempre: “Debemos estar atentos porque continuamente conocemos a las personas que deben estar en nuestra historia, siempre algo aprendemos, algo nos muestran…”.

Foto: Jorge Alanis

(*) En maya a esta técnica se le conoce como Xoc bi chuy

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