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Pedro Isabeles en Santa Rosa Campeche ¡Con todo al orgánico!

Por Jorge Alanis Zamorano

Es imposible ver a los menonitas desperdiciando su tiempo y mucho menos, su dinero. Si sus ganancias funcionan para incrementar ingresos, la utilizan, aún más si esa inversión les ayuda ahorrar tiempo y esfuerzo.

Hoy se ha demostrado que trabajar el campo con agricultura orgánica resulta ser más económico, rentable y con las puertas abiertas al mercado internacional; atrás quedó la idea de tener un invernadero para lograrlo, pues Pedro Isabeles ha evidenciado que en campo abierto ya se logra lo que antes lucía imposible.

Nos dirigimos al municipio de Hopelchén para visitar los campos menonitas de Santa Rosa Campeche, donde visitamos los cultivos de Ernesto Vot, miembro de la comunidad, quien permitió que en sus tierras se intentara lo que al oído parecía poco factible, sin embargo, aceptó el ejercicio de prueba.

La prueba de fuego

Pedro Isabeles lleva a Hopelchén su experiencia utilizando métodos orgánicos en grandes extensiones, para ahora demostrar esta eficacia en los suelos de personajes altamente exigentes y eficientes. Al principio ellos observan con gran escepticismo, ya que están cansados de ser clientes llenos de deudas en forma de paquetes tecnológicos que no solo son más caros, además producen con mayor dificultad, según manifiestan.

Pedro prometió resultados que ya se están palpando y, además, se están formando alianzas con productores de miel y con gente interesada en que las cosas cambien.

El año pasado venimos junto con nuestros colegas de Biopakal y Miel Gabriela para hacerles la propuesta de probar con soya orgánica –nos cuenta Pedro-. Es bien sabido que los menonitas siembran miles de hectáreas con el método convencional, está el mito de que a ellos no les importa la naturaleza debido al uso de agroquímicos y todos esos contaminantes que ayudan a sacar buenas cosechas, pero al contrario, tienen la mente abierta a probar nuevos procesos que les permita gastar menos y producir más. Hicimos una prueba de soya orgánica con Ernesto Vot y conseguimos 500 kilos más por hectárea con el paquete orgánico, a diferencia de los que se consiguen con el convencional.

Aunado a esto, después sembraron sorgo y cosecharon tres toneladas utilizando la misma fertilización de la soya, sin añadirle más gasto. Es decir, las ganancias aumentaron gracias a que con una sola fertilización obtuvieron dos cosechas, resultados que no se obtienen con los paquetes de siempre.

Gracias al éxito obtenido en esta primera fase, Ernesto decidió aumentar la superficie orgánica con la idea de superar las 50 hectáreas. Los vecinos de la comunidad están a la expectativa, ya que afirman que la prueba de fuego es a tres años y, si logran obtener los mismos resultados durante este tiempo, esperan que la transición a lo orgánico en los demás cultivos se vuelva una realidad.

Ya se habían realizado pruebas durante casi ocho años con diversas técnicas pero no se lograban buenos resultados. Ahora, con los insumos de agricultura de última generación, no solo hemos igualado a la producción convencional, la hemos superado aquí en los campos menonitas, quienes son expertos en producción en masa y no los puedes engañar, menciona Pedro.

Orgánico a cielo abierto rompe los mitos

En estas grandes extensiones completamente abiertas se rompe el mito de que la producción orgánica depende de los invernaderos, eso quedó atrás. Sin duda, los hechos presentados por Isabeles tienen el potencial para que ya se pueda hacer negocio con este tipo de procesos, pues recordemos que colocar un invernadero para obtener resultados a gran escala siempre ha sido un gasto elevado.

A partir de este momento nos encontramos en otra etapa de la producción orgánica, la punta de la flecha tiene mucho más filo para llegar a productores con escalas muy altas, ¿hacia dónde estamos apuntando?

Es hora de voltear a ver al futuro. Hoy se produce a gran escala a cielo abierto controlando plagas y enfermedades sin ningún problema, pues detrás de estos insumos que utilizan están las últimas investigaciones en agricultura orgánica, y es por eso que se han vuelto incluso más eficientes que con los paquetes convencionales, obteniendo estos rendimientos sin lacerar los suelos ni la salud de los productores.

No contaminamos el suelo, al contrario, lo estamos sanando y regenerando su fertilidad, concluye Pedro.

Una nueva agricultura

Ante todo esto, me acerqué a Ernesto Vot para que de primera mano nos platicara su experiencia con la producción orgánica de soya, quien nos compartió que están  felices de haber logrado media tonelada más por hectárea utilizando fertilizantes y control de plaga orgánicos.

Hoy, ya están en el segundo ciclo utilizando estos procesos.

Ernesto, ¿te conviene este cambio?

Sí, hemos visto muchos beneficios empezando por los costos, porque nos sale más barato y como viste, nuestra cosecha fue mayor. Pero además también está la parte de la salud, porque nosotros como agricultores estamos en contacto con los agroquímicos todo el tiempo.

En esta experiencia ¿has respirado insecticidas?

En general todos corremos ese riesgo. Pero la verdad, con los orgánicos se controla igual o mejor, además de que nos exponemos menos.

Ustedes son muy cuidadosos con la economía, ven al campo como un verdadero negocio. ¿Qué dicen los demás en la comunidad menonita?

Les llama la atención pero aún tienen muchas dudas, es normal. Yo pienso que en un año más sí se van animar a trabajar con puro orgánico, o al menos la mayor parte.

Estás produciendo tu propia semilla, ¿te conviene?

¡Sí, claro! A nosotros nos conviene guardar nuestra semilla porque nos sale más barato. Ahora nos estamos ahorrando de 10 a 15 pesos por kilo.

¿Cuánto cuesta la semilla, y a ti en cuánto te salió?

Este año la semilla está en aproximadamente 27 pesos el kilo, a mí me costó alrededor de 12 pesos el kilo hasta el momento de siembra.

Aunque en estos momentos Ernesto se encuentra en un proceso de prueba (recordemos que el plazo para ellos es de tres años), ya contempla con mucha seriedad en llevar la producción al 100% de soya orgánica, la cual además se comercializa en un 15% por encima del precio habitual.

Para nadie es un secreto que el calentamiento global nos ha alcanzado, el cambio de mentalidad en el tema ambiental era para ayer y ya vamos tarde. No obstante, en la Península existen personajes que están poniendo manos a la obra y sumando esfuerzos para sanar nuestros suelos.

Un motivo más para sentirnos orgullosos de lo que somos.

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