La tradición de la Cruz hecha de la flor de pericón crece de manera natural en los campos del país durante la temporada de lluvias.
Eficaz para ahuyentar al mal y brindar protección a las personas, según se dice, la flor de pericón proviene del náhuatl Yauhtli, que significa niebla u oscuridad. Esta flor es considerada una de las plantas sagradas de Tláloc y San Miguel Arcángel, y tiene más de 500 años de antigüedad.
Es utilizada por los campesinos y la población del centro del país, para alejar a los malos espíritus; se forma una cruz con las pequeñas flores y se cuelga en las puertas de los hogares, en los coches, en sembradíos y todo aquello que se quiera proteger y ahuyentar al demonio.
También marca la conclusión anual de un ciclo agrícola. Sin embargo, también tiene propiedades antibióticas; en la actualidad es utilizada en tés para curar padecimientos físicos.
Cuenta la leyenda que cada 29 de septiembre el diablo anda suelto en las calles, pues de acuerdo con la tradición católica, San Miguel Arcángel persiguió incansablemente a Satanás, quien fue expulsado del cielo y en su huída, el diablo recorre las calles e intentará entrar a sus hogares, logrando derrotarlo.
Con la flor del pericón se crean cruces de todos tamaños y éstas son vendidas en las calles para que los creyentes católicos puedan colocarlas y dejarlas así durante todo el año, con el objetivo de proteger a sus familias y sus hogares.
La venta de cruces de pericón se canceló en 2020 por la pandemia, pero esta vez regresó para que, como cada 28 de septiembre, las casas “se protejan” de la liberación del demonio.
Esta es una creencia religiosa que cada año se lleva a cabo y que en Morelos tiene una gran aceptación, aunque algunos vendedores creen que poco a poco se han reducido las tradiciones.
El precio del la cruz o el ramo está entre los cinco y 10 pesos. La mayoría de las personas que vende este producto son mujeres, algunas llevan años vendiendo desde que eran pequeñas.
Una pequeña cruz elaborada de esta flor tiene tanta fuerza y poder que es capaz de ahuyentar al diablo de nuestros hogares, carros, sembradíos o negocios, pues por décadas se le han atribuido muchos poderes de protección.
Por lo anterior desde días antes en las calles se puede observar a gente vendiendo estas flores ya sea en ramo o en forma de cruz, productos que venden en 5 o 10 pesos promedio.
La flor se da de manera natural en los campos del país durante la temporada de lluvias, siempre en las mismas fechas, previo a los últimos días del mes de septiembre.
Las personas acuden a estos lugares para cortarla, juntarla en grandes y pesados manojos y así trasladarlas a las zonas urbanas de los municipios. Después arman las cruces y los manojos.
Días antes al 29 de septiembre, habitantes de distintos municipios del Estado, acuden a los campos cada año a cortar la flor. Dedica varias horas a la labor para llevarse la mayor cantidad de flores y poder venderlas en su comunidad, aunque, aseguran, ya hay pocos sitios donde se reproduce la planta. Son las personas adultas o adultas mayores quienes en su mayoría compran la flor.
Además de protegernos del diablo esta flor de Yauhtli, también conocida como pericón, Santa María o yerbanís, tiene otros beneficios que a veces se desconocen, algunos de ellos son: colorante de algunos alimentos y bebidas, ayuda al cocimiento, coloración y sabor de los elotes y chayotes cuando estos se hierven en agua, también tiene propiedades antibióticas y sirve como té para aliviar la diarrea, cólicos, empacho, tifoidea o vómito.
También se emplea como insecticida, al quemar las flores y hojas secas, el humo ahuyenta a los mosquitos. Se usa para preparar bebidas y licores para que tengan un sabor y olor anisado con la finalidad de que sean ingeridas como curativas-digestivas. La preparación de las flores con algún mordiente se obtiene un tono amarillo que se utiliza como colorante para teñir fibras.
Otro de los usos que se les dan algunas parteras cuando una mujer da a luz para tratar problemas menstruales y sirve como diurético.
La flor de pericón es considerada como un patrimonio de México no sólo por su herencia indígena, sino porque en la actualidad sigue siendo utilizada con fines curativos.
DATOS CURIOSOS
Aunque el municipio de Yautepec debe su nombre a la Flor de Yauhtli, mejor conocida por la gente como “flor de pericón”, en dicha localidad de la región Oriente de Morelos ya no es posible encontrar cultivos de esta planta. Previo a la llegada de los españoles, en esa zona se realizaba una fiesta dedicada a la Diosa Xilonen, señora del maíz tierno, durante la cual se adornaba con flores de yauhtli. Lo triste es que la flor que da nombre a Yautepec ya no se encuentra ahí, con lo que prácticamente se ha perdido el símbolo de identidad de esa comunidad.
En Cuernavaca, Morelos, existe una calle que se llama Pericón y debe su nombre a esta flor de Yautli, pues crecía en los campos donde ahora están el Estadio Miraval y la Secundaria Federal Número Uno. Se hacía una verdadera verbena popular a la que acudían no sólo las familias, sino, al ser una tradición, aparecían vendedores de toda clase de comida, bebidas, antojitos; reuniones de las cuales existen otras leyendas sobre esos días de fiesta a las que las familias llevaban sus canastas y comían en el campo además de cortar las flores del pericón.
En algunos pueblos como Xoxocotla, Coatetelco y Alpuyeca los pobladores acostumbran el día 28 de septiembre, llevar flores de pericón para “enflorar” las tumbas de sus familiares difuntos.
La planta de pericón se recolecta silvestre para comercializarla localmente, como no dejan plantas adultas para que produzcan semillas, esto ha propiciado que sus poblaciones naturales hayan disminuido drásticamente, por lo que se recomienda que al recolectar dejen plantas madres para que estas se continúen reproduciendo.
.-CON INFOERMACIÓN DE EL SOL DE CUERNAVACA.