Por Francisco F. Gamboa
El mango es uno de los frutos preferidos de los yucatecos; su pulpa suave, aromática y deliciosa es un dulce y refrescante manjar en épocas de calor, además de ser un alimento muy versátil que va desde postres hasta platos fuertes, pasando por supuesto por la amplia variedad de bebidas con mango.
A pesar de ser muy común en nuestro país, en realidad es un fruto nativo de regiones entre la India y Birmania, el cual llegó a México a finales del siglo XVIII desde Filipinas. Entre los más comunes se encuentran el mango manila, el mango oro y el mango ataúlfo.
¿Sabías que esta última variedad fue bautizada en honor a un productor? Se trata de Ataúlfo Morales Gordillo, de origen chiapaneco, quien a mediados del siglo pasado adquirió una finca en Tapachula, la cual ya contaba con unos árboles que producían unos mangos particularmente famosos entre los vecinos.
Es así como el Ingeniero Agrónomo Héctor Cano Flores, quien era director del entonces Instituto Mexicano del Café, se enteró de la fama de aquellos frutos y viajó hasta la finca de don Ataúlfo, a quien pidió permiso para crear nuevos injertos, logrando clones de mangos a los que denominó como “IMC-M2” y los extendió por el área.
Gracias a esta colaboración, fue el mismo Ing. Cano el que se encargó de bautizar esta nueva variedad como “Ataulfo”, en honor al propietario de esta tierra.
Actualmente, solamente en Chiapas hay 25 mil hectáreas destinadas para la producción de este jugoso fruto, además de otras entidades como lo son Campeche, Tabasco, Veracruz, Oaxaca, Guerrero, Jalisco, Colima, Nayarit, Sinaloa y Michoacán.
#CuriosidadesDelCampo