Por Jorge Alanis Zamorano
Por fin salió el sol, después de tormentas y enfermedades volvemos a dar la cara, de frente y con alegría. Xmatkuil vuelve a la vida y dentro de todo, está el festejo de estar vivos y rendir tributo a los que se fueron. Con trabajo y dedicación ofrendamos ahora nuestra revancha para envolvernos en eso que llamamos éxito y unión.
La alegoría de la vida, con sus altibajos, nos dejó una enseñanza: No te dejes vencer por nada, hay que seguir adelante como muestra de firmeza y, aunque con un nudo en la garganta para muchos, continuar no solo es una obligación, es también un homenaje a todos y todas quienes no soltaron las riendas del trabajo.
¡Estamos aquí! Que abran las puertas de la feria más grande de la península, pues en su importancia, estamos todos con nuestros sueños y nuestros retos propios.
Así pues, mostremos qué se logra y cómo se logra, mostremos que sí se puede, aunque no sea como antes. Nos quitaron, pero nos volvieron más fuertes; nos negaron, pero nos abrieron los ojos. No disimulemos que la garantía del éxito somos nosotros mismos y si le sumamos el trabajo de todos y cada uno, hagamos fiesta, ¡hagamos una feria, señores!
Xmatkuil nos representa en el campo, en la milpa, en el huerto, en el rancho, en el esfuerzo.
Xmatkuil traduce las voces de quienes con la frente calada por el sol y, a veces la mirada perdida, termina siempre en una gran alegría.
Intercambio de saberes, compra y venta que genera interacción y reconocimiento. De vuelta a las andadas con la fe en alto, de vuelta nos veremos con el rostro entero y de frente, así como deben verse todos aquellos que creen que lo malo no dura para siempre y que después de la tormenta, el sol siempre sale para todos.
Vamos por más, porque queremos insaciablemente más trabajo, más éxito y seguramente nos veremos allá, donde debemos reunirnos los que amamos el campo e invertimos en él.
¡Buenaventura para todos!
Xmatkuil abre sus puertas de nuevo, ¡allá nos vemos!
