Por José Luis Preciado
El 10% de de la superficie sembrada le da de comer al país
No hay sorpresa alguna, salió el Censo Agropecuario del INEGI y esta radiografía nos muestra el grado de abandono a nivel estado y, posteriormente, del productor agrícola, el cual se siente solo sembrando en México.
Se ha olvidado aquello de que la producción alimentaria es un asunto de seguridad nacional; al campo lo estamos dejando abandonado, desde todos los niveles, ello a pesar de que sabemos que el campo es la fuente de seguridad alimentaria, riqueza y empleo, así como repositorio de identidades, tradiciones y cultura. Allí radica la raíz fundacional e identidad de lo que es este país.
Somos lentos
Nos tardamos tanto, incluso en hacer el censo; llevábamos 15 años sin tener cifras confiables de la realidad del campo mexicano, hasta que por fin el INEGI soltó las primeras estadísticas de la producción rural de este país; datos que nos muestran una realidad que estaba a la vista.
El campo se volvió viejo; de los 27 millones que lo trabajan 22.5 son hombres, el resto mujeres y niños, o es decir 9 de cada 10 son hombres. Estos son jornaleros en 32 millones de hectáreas distribuidas en todo el país, además la edad laboral promedio supera los 45 años, no cuentan con prestaciones de ley y viven por debajo del nivel promedio.
Un 100% de los habitantes de México come del 10% del territorio sembrado, desde luego sin contar con las importaciones que cada vez son mayores.
Los estados más productivos
Los estados más activos en el campo son Veracruz, Jalisco, Chihuahua, Chiapas, Tamaulipas, Zacatecas, Sonora, Sinaloa y Michoacán; los menos productivos son Colima, Querétaro, Aguascalientes y Ciudad de México.
El mayor azote
La intensa sequía es, sin duda, el mayor problema en gran parte de los estados del país, añadiendo la inflación que encareció los insumos y aderezado con la delincuencia organizada que en muchos municipios y comisarías impide a la gente producir, o de plano es obligada a sembrar para ellos.
Yucatán no pinta, Campeche está más organizado
Hay que mirar las cosas en positivo, pero hay que tomarlas en serio; estas cifras y datos nos pueden mostrar diversos nichos de oportunidades e inversión. Por ejemplo: En Yucatán, tierra donde abunda el agua y que además es tierra de la buena, la cual podría ser mecanizable al sur del estado, existen muy pocas hectáreas productivas, tanto así que Campeche tiene una mayor cantidad de producción.
Otro ejemplo es que en Yucatán solo tenemos 545 tractores o equipo de maquinaria para el campo, mientras que en Campeche se trabaja con 4,218 equipos, una cifra que deja en evidencia el grado de interés y compromiso con la agricultura.
Así que el reto es dotar de infraestructura y generar una mayor condición productiva; sobra mercado para exportar o vender los productos.
Posdata:
Ya lo decía el agricultor Ricardo Ascensio: “El campo no solo es un acto de amor, es además un acto de valor”.
Consideramos que si se juntan capital económico y tierras para producir, haremos del estado mejor. Amén de que el Estado federal, estatal y municipal también se comprometan más a fondo en hacer producir al campo. Pero vamos en serio.
