El olor que emana del “elixir de la vida” invade todo el entorno de quien lo consume al iniciar cada mañana, porque sí, el café da un respiro de tranquilidad y al mismo tiempo un toque de energía para sobrellevar la agitada carga de los habitantes de la urbe, quienes generalmente desconocen la compleja ruta que tienen que transitar los granos de café para llegar hasta la mesa.
México es un gran competidor en el mercado mundial de esta bebida y los estados de Chiapas, Oaxaca, Puebla, Veracruz y Guerrero, los grandes productores del país. Sin embargo, el complejo proceso para llevar los granos de café hasta un restaurante o las tiendas para así obtener una tacita de este “elixir” ha tenido que sortear afectaciones como plagas, una pandemia y la disminución de sus ventas.
«En 2019 el consumo de esta bebida se encontraba cerca de los tres millones de sacos de café, a partir de 2020 y 2021 esto disminuyó», así lo refirió Félix Martínez, presidente de la Asociación Nacional de la Industria del Café (Anicafé) en entrevista con Reporte Índigo.
El sector retail, es decir, el comercio minorista de autoservicio que llega a los consumidores finales como los supermercados y las tiendas de convenienciafue uno de los más perjudicados por la crisis sanitaria de 2020, aunque en menor medida.
Las mayores afectaciones se observaron en el canal de hoteles, restaurantes y cafeterías, conocido como HORECA, pues los consumidores al recluirse en sus casas propiciaron la baja en el consumo de aproximadamente 280 mil sacos de café al año, esto significa que las pérdidas generadas por esta situación en su equivalente fueron de 16 millones 800 mil kilos, expresó Martínez.
Ahora que las condiciones epidemiológicas permiten que en estos lugares puedan admitir una mayor cantidad de personas, se espera que para el primer semestre del 2022 el consumo del café se recupere.
“Existe un aumento normal cada año, porque la población va creciendo, (es decir), en la década anterior el consumo per cápita rondaba en los 800 gramos, ahora se encuentra entre 1.38 y 1.4 kilogramos al año”, refirió Martínez.
«280 mil sacos de café al año fueron las pérdidas de consumo del canal en hoteles, restaurantes y cafeterías por la pandemia COVID-19».
La resiliencia del sector cafetalero viene de años atrás cuando una plaga se hizo presente en las parcelas de estos cultivos, lo cual perjudicó de forma importante a la producción.
“La plaga de la roya (hongo que ataca las hojas de los cafetos) que sufrimos en los años 2012, 2013 y parte de 2014, nos pegó tan fuerte que la producción que era de 4.2 millones de sacos se nos cayó a 2.2 millones de sacos. En los años noventa se producían en promedio 4.8 millones de sacos, (esto denota la merma que ha sufrido este sector), esperamos en dos o tres años recuperar los 4.2 e incluso acercarnos a lo que en otros decenios se obtenía”, comentó el presidente de Anicafé.
Durante el 2015, 2016, 2017 y parte del 2018, el sector público y privado junto con los productores de las hectáreas tuvieron que tomar acciones para contrarrestar esa disminución, donde los más dañados eran los granos de especie arábica.
Así mismo, mediante técnicas específicas que utilizan en los campos logran conservar el medio ambiente y la sostenibilidad del lugar, ya que el gasto de agua y las emisiones de carbono se reducen en un 21 y 36 por ciento, respectivamente, aclaró Martínez.
Trayecto del café mexicano
El café es una bebida de gran popularidad en todo el mundo, el 85 por ciento del total de café se produce en Latinoamérica, de acuerdo con el informe “La relevancia del cultivo de Café en México y en el mundo” presentado por Yara International ASA, empresa internacional noruega de la industria química.
Brasil ocupa el primer lugar como productor a nivel mundial, le siguen Vietnam, Colombia e Indonesia; en el caso de México ocupa la onceava posición, el café representa el 0.66 por ciento del PIB agrícola nacional y el 1.34 por ciento de la producción de bienes agroindustriales, sostuvo Yara.
Los costos son variados, no obstante, los caficultores dependen de la variabilidad de las cotizaciones internacionales de acuerdo con la especie, el café arábica cotiza en Nueva York, mientras que el café robusta lo hace en Londres.
“El primer incentivo que debe tener un productor es un precio razonable del café combinado con una producción justa del mismo”, expuso Martínez.
México compite porque tiene dos grandes mercados, uno el interno y otro el de exportación. De enero a julio de 2020, se exportaron 101.86 toneladas de café con un valor de 427.51 millones de dólares; el 60 por ciento del café se exporta a Estados Unidos y el 40 por ciento restante a Europa, Japón y otros países, además de contar con el mercado interno nacional, según Yara International ASA y el Félix Martínez.
POR SOFÍA RIVERA. REPORTE ÍNDIGO.