Especial Rural MX
Como le platicábamos en la edición anterior, en el Taller Nacional de Agricultura de Última Generación tanto empresarios como productores se llevaron los conocimientos necesarios para no seguir dañando los suelos mientras mantienen excelentes rendimientos.
Para conocer más sobre las experiencias que los participantes han tenido con estos procesos, platicamos con Samuel Sánchez Alcocer, empresario al frente de un proyecto de patos de engorda con alimentación orgánica, quien tiene una postura clara en la que manifiesta que estos procesos deberían tener más difusión, pues es información que nos beneficia a todos.
Considera que la clave del éxito del taller es gracias a su practicidad, y a que les garantizan que ahí se van a aprender, independientemente de su formación: Yo, por ejemplo, soy contador y aprendí muchísimo ya que es muy práctico, entendible, nada sofisticado y además, con mucho éxito.
Indudablemente, los procesos son muy sencillos. ¿Pensó que iba a ser tan fácil y económico?
Nunca, ni me lo hubiera imaginado. Es algo que de verdad vale la pena porque incluso, con esto se ayuda a evitar el calentamiento global.
¿Usted ya ha manejado el método convencional?
Muy pocas veces y con muy malos resultados, en particular aquí en Yucatán. En Michoacán habíamos tenido algo de éxito, pero con este taller es otra cosa.
¿Dónde está trabajando su proyecto?
En Uayma, a 10 kilómetros de Valladolid, donde tenemos una empresa que se llama Patos y Pavos Maya. Además, vamos a trabajar moringa con 30 hectáreas y chicozapote con 5 hectáreas, donde llevaremos procesos orgánicos.
¿Cómo ve su proyecto a mediano plazo con los métodos aprendidos?
¡Muy contento y con mucho dinero!
¿Ya le habían platicado sobre los rendimientos con estos procesos?
No, tuve la oportunidad de haber conocido a Pedro Isabeles hace un año y desde el principio se nota la calidad y profesionalismo; de hecho, ya comenzamos el proyecto del chicozapote con su asesoría.
¿En qué porcentaje hace sus cálculos en cuanto al beneficio económico?
Creo que en un 70% en lo económico, en lo monetario, pero en lo intangible, yo creo un 200%.
Así las impresiones de este taller nacional, del cual surgieron personajes como el contador Samuel, interesados en trabajar sus suelos, en tener buenos rendimientos económicos y, lo más importante, en cuidar el medio ambiente.