Los casi 7 millones de producción de jitomate y chile que produce México se protege de Tomato brown rugose fruit virus (ToBRFV).
La producción de jitomate y chile, en México, es de gran relevancia pues se produce 3 millones 370 mil 826 toneladas y 3 millones 324 mil 260 toneladas respectivamente poner en riesgo estas producciones sería devastador para las y los productores y el comercio nacional e internacional, por lo anterior el Servicio Nacional de Sanidad, Inocuidad y Calidad Agroalimentaria (Senasica) trabaja en la detección oportuna de un virus altamente contagioso, nos referimos al Tomato Brown rugose fruit virus (ToBRFV).
El Tomato Brown rugose fruit virus (ToBRFV) es un miembro del género Tobamovirus, patógeno altamente infectivo por transmisión mecánica.
Se le conoce como virus rugoso del tomate. Este virus fue reportado por primera vez en 2014 en Israel y en 2016 en Kuwait y Arabia Saudita, en nuestro país ingresó en el año 2018 derivado de la sintomatología detectada en algunos puntos de producción de tomate y que resultaron positivos.
Se transmite a través de la semilla y de manera mecánica* y puede permanecer estable durante días, meses o años.
Entre los síntomas que se observan, destaca una apariencia rugosa extrema, necrosis del pedúnculo y cáliz, hojas amarillas, tallos y hojas secas y manchas amarillas en los frutos.
Mira los síntomas en la Guía de síntomas Tomato Brown Rugose Fruit Virus
La enfermedad afecta principalmente la calidad del jitomate, aunque también se presenta en el cultivo de chile y es importante resaltar que no representa ningún riesgo para el consumo humano.
Por su parte el Servicio Nacional de Sanidad, Inocuidad y Calidad Agroalimentaria (Senasica), establece medidas regulatorias para la importación de semillas, material in vitro, plantas, plántulas y esquejes de jitomate, chile y berenjena, para regular establecimientos de producción de material propagativo con microinjerto o injerto e instruyó medidas fitosanitarias de bioseguridad en campo a cielo abierto e invernaderos.
* Es decir, por contacto entre plantas o por el manejo agronómico del cultivo (personal, herramientas, rafia o solución nutritiva recirculaste).