Un mal inicio registra la temporada recién iniciada de captura de pulpo a raíz del precio que aún no se fija, y ribereños esperan que en el transcurso de la semana se pueda mejorar.
Alrededor de 100 embarcaciones salieron ayer a la pulpeada y llegaron poco después del mediodía desanimados por la escasez del producto y porque el precio arrancó por debajo de los 50 pesos el kilo.
Contrario a otros años cuando más de 300 lanchas se hacían a la mar para la pulpeada, esta vez pocos ribereños se arriesgaron teniendo como extra la pesca del pulpo pues les deja más la captura de escama.
Con la contingencia sanitaria la situación se empeora pues varios hombres se quedaron con las ganas de entrar al puerto, pero como no presentaron su certificado médico de no padecer Covid-19 se tuvieron que regresar a sus comunidades de origen.
Ribereños como Alonso Pacheco Mena manifestaron que el precio hasta ayer estaba entre los 30 y 45 pesos el kilo cuando hace tres años el molusco comenzaba entre los 80 y 100 pesos, lo que significa que la pulpeada ya no es redituable.
Incluso dice que se anticipa que será un mal año pues tampoco hay mercado para desplazar el producto por lo que las cooperativas se ven en la necesidad de congelar lo que se obtenga en lo que salen buenos compradores.
Mientras que los permisionarios han logrado acomodar el producto, los interesados les han dicho que mientras mejora el precio solo pueden pagarles a 45 pesos el kilo y por lo consiguiente al pescador le pagan entre 35 y 40.
Los que se aprovechan y toman ventaja son las pescaderías y revendedores en Tizimín, quienes hasta ayer estaban dando el kilo de pulpo entre 80 y $90.
Compradores como Julio Chablé Uc señalaron que la ganancia por llegar a Río Lagartos a comprar el producto es mínima pues gastan en el viaje que hacen y el producto a ellos se los dan a 50 pesos debido a que saben que le ganan un poco más en Tizimín.
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Fuente: Diario de Yucatán.
