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Temporada de langosta 2024: Claroscuros y oportunidades

Por Francisco F. Gamboa

El pasado 1º de julio dio inicio la esperada temporada de captura de langosta en Yucatán, una actividad que no sólo es vital para la economía local sino también una delicia culinaria que atrae a turistas nacionales e internacionales. Este crustáceo, reconocido por su carne blanca y carnosa, es altamente demandado en los restaurantes del sureste y la costa caribeña.

Según la Comisión Nacional de Acuacultura y Pesca (Conapesca), alrededor de 2 mil pescadores, mediante buceo y trampas, se embarcan en 513 embarcaciones menores y 27 mayores, enfrentando condiciones extremas para capturar este preciado crustáceo. La ardua labor de estos pescadores no sólo asegura el sustento de sus familias, sino que también contribuye significativamente a la economía del puerto, situándolos como verdaderos héroes de la alimentación.

La meta de captura para esta temporada es de 700 toneladas, una cifra ambiciosa pero alcanzable si las condiciones climáticas son favorables. La temporada anterior, que abarcó del 1º de julio de 2023 al 28 de febrero de 2024, logró una captura de 670 toneladas, con precios por kilo que oscilaron entre 450 y 500 pesos, llegando en algunos casos hasta los 700 y 800 pesos.

Desafíos, incertidumbre y buenas expectativas

El inicio de la temporada no estuvo exento de desafíos, pues la tormenta tropical “Beryl” obligó al cierre de puertos durante tres días, afectando a más de 16 mil pescadores en todo el litoral yucateco. A pesar de esta interrupción, unos mil 500 pescadores en 600 embarcaciones menores y 30 mayores reanudaron la captura de langosta una vez pasada la tormenta.

José Luis Carrillo Galaz, presidente de la Confederación Mexicana de Sociedades Cooperativas Pesqueras, expresó incertidumbre sobre la producción y los precios de venta debido a la inestabilidad del mercado. Sin embargo, destacó la importancia de la langosta junto con el pulpo y el mero, como las tres pesquerías más cruciales para el estado.

Durante la ceremonia de aniversario de Progreso, Rafael Combaluzier, titular de la Secretaría de Pesca y Acuacultura Sustentables en Yucatán, expresó optimismo respecto a la temporada actual, señalando una considerable reproducción de la especie en las costas yucatecas, especialmente en el oriente del estado y en la zona de Isla Alacranes, conocida por su alta captura.

El funcionario también mencionó que, debido a la baja del mercado el año pasado, quedó mucho inventario de langosta, el cual se espera mover hacia los mercados local, nacional e internacional en esta temporada.

Retos persistentes

A pesar de las expectativas, Mariano Canul Uicab, presidente de la Federación de Sociedades Cooperativas Pesqueras del Centro-Poniente del Estado, lamentó la baja captura en el primer mes de la temporada, con una disminución de más del 50% en comparación con el año anterior. Este descenso se atribuye en gran parte a la pesca furtiva durante la veda, que afectó la reproducción de la especie.

A pesar de la baja captura, el precio del kilo de langosta es favorable, rondando los 500 pesos, con la posibilidad de alcanzar hasta 600 pesos; no obstante, Canul Uicab reiteró la necesidad de alcanzar la meta de 700 toneladas para que la actividad sea rentable.

Pesca de gran valor

La captura de langosta es una de las más importantes en Yucatán, tanto por su valor económico como por la demanda extranjera. El año pasado, la producción superó los 280 millones de pesos, abasteciendo zonas turísticas como Cancún, Isla Mujeres y la Riviera Maya, además de mercados internacionales en Europa, Estados Unidos, Hong Kong, Vietnam, China y Japón. Con estos resultados, la langosta se posiciona como el tercer producto pesquero de exportación nacional.

Así, la temporada de langosta en Yucatán representa una oportunidad significativa para los pescadores y la economía local. Aunque enfrentan desafíos como condiciones climáticas adversas y pesca furtiva, las expectativas de una buena captura y precios favorables mantienen el optimismo en la comunidad pesquera. 

Por ello, consumir langosta no sólo es un deleite para el paladar, sino que también apoya a los pescadores locales y promueve la economía regional.

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