Por Ma. Isabel Juárez
La miel producida por la abeja melipona, conocida por sus altos valores nutricionales y vitamínicos, ha ganado popularidad tanto local como internacionalmente en los últimos años. Bajo este precedente, hace tres años, un proyecto sostenible y ecológico se propuso conservar esta especie sin aguijón, además de lograr el empoderamiento de decenas de mujeres yucatecas, quienes han encontrado en la meliponicultura una manera de apoyar a sus familias y mantener viva una tradición ancestral, mientras ponen su granito de arena al cuidado de nuestro planeta.
El pasado 17 de mayo, en el contexto del Día Mundial de las Abejas, se celebró el Encuentro Estatal de Mujeres Meliponicultoras de Yucatán, un evento centrado en el intercambio de saberes y experiencias sobre la cría y el cuidado de las abejas meliponas, para entender cuáles son los obstáculos y así mejorar sus prácticas de manejo. Dicho foro, que reunió a más de 122 mujeres de 31 municipios, también se realizó con la intención de que ellas se conozcan, se vinculen y vean que son una gran red trabajando bajo el mismo fin.
El encuentro se llevó a cabo en el Corporativo de Abarrotes Dunosusa, quienes en 2021 lanzaron el programa “Mujeres mayas preservando a las abejas sin aguijón” con la participación de 38 mujeres de 12 municipios, todo esto como parte del trabajo que la empresa realiza en pro del medio ambiente.
Dunosusa y las abejas
Conversamos con la Bióloga Yosari Chió, Coordinadora del Área de Preservación Ambiental de la empresa, quien comentó que este proyecto de Dunosusa busca capacitar a mujeres el interior del estado para la práctica de la meliponicultura a través de talleres en los que aprendan a manejar a las abejas, a cosechar la miel y a combatir las plagas.
También les enseñamos a elaborar subproductos hechos a base de todo lo sacado de la colmena como jabones, champús, cremas; posteriormente, la Secretaría de las Mujeres -con quien tenemos una alianza- les da cursos de ventas, de costos, de marcas, entonces es un proyecto muy redondo hecho para que crezcan de manera personal y económicamente, además de la contribución que hacen al cuidado del medio ambiente con la preservación de estas especies de abeja, agregó.
Actualmente, dicho programa tiene 12 grupos productivos provenientes de 23 municipios. Respecto a convertir la meliponicultura en como un modo de vida que dé sustento, la experta aclara que al principio no se obtienen ganancias, pues es un trabajo de mucha paciencia al que factores como el intenso calor pueden afectar a la productividad de las colmenas; sin embargo, poco a poco se puede convertir en una actividad rentable.
En algunos grupos exitosos que ya tenemos, utilizan las abejas no sólo para vender la miel o los subproductos, sino también las tienen, por ejemplo, para visitas turísticas, es un meliponario turístico en donde vienen extranjeros; también hay un grupo en Tekax que vende sus productos en Mercado Libre; otros ya aceptan pago con terminal, entonces poco a poco están teniendo sus éxitos, ¡y no estoy hablando de que de la noche a la mañana puedan vivir de ello!, pero con el transcurso de los años y puede ser una buena fuente de ingreso para sus hogares, señaló.
Algo muy importante en este programa de Dunosusa es que después de la capacitación, se mantiene cercanía con los grupos por mínimo dos años, pues el seguimiento es clave importante del desarrollo de estos proyectos.
La intención del programa, por supuesto, es seguir creciendo ya que hay cada vez más mujeres interesadas en el participar, por lo que están formando alianzas con distintas dependencias de gobierno como la ya mencionada SEMUJERES y la Secretaría de Desarrollo Sustentable, además de otros aliados como el banco HSBC, pues son conscientes de que la unión hace la fuerza.
Primero el planeta
Todo esto responde al esfuerzo que Abarrotes Dunosusa ha venido realizando a través de su esquema “Primero el Planeta”, el cual cuenta con siete líneas de acción que van desde el uso de energía solar, pasando por el tratamiento de aguas residuales, el reciclaje de residuos, la disminución de las bolsas de plástico, la divulgación de la cultura medioambiental, hasta la mencionada preservación de la abeja melipona. Al respecto, el año pasado obtuvieron una mención honorífica en los Premios ELIS (Empresas Líderes en Innovación Sustentable) dentro de la categoría “Mujeres al Mundo”, precisamente por este trabajo en pro de la meliponicultura.
Así, las mujeres meliponicultoras se han convertido en guardianas de una práctica ancestral mientras se empoderan de forma personal y económica, amén de su contribución al desarrollo sostenible y al cuidado del medio ambiente.
Edición Rural MX