Por Jorge Alanis Zamorano
En Quintana Roo, dentro del municipio José María Morelos, está la Universidad Intercultural Maya de Quintana Roo, con una modalidad única en el estado; antes era toda la península, sin embargo, ya existe otra en Campeche y es muy probable que próximamente tengamos una en Yucatán.
Fui recibido por el encargado del despacho y representante legal, el Profesor Rafael Antonio Pantoja Sánchez, y también por la responsable de la Dirección Académica, MC. María Luisa Raygoza Alcocer, quienes me explicaron la respuesta que dan a la comunidad maya, así como al alumnado de esta casa de estudios.
Para empezar, la universidad oferta carreras que impactan a la población en la búsqueda de evitar la migración, y por supuesto, mejorar la calidad de vida, primordialmente, la de los habitantes de la zona maya.
En la institución se atiende a estudiantes de 160 comunidades, de 11 estados del país, y de tres países extranjeros, hasta el momento, originarios de Estados Unidos, Belice y de Perú, que llegan atraídos por el impacto y vinculación con la población.
Los estudiantes hacen el servicio social durante el Taller de Vinculación con la comunidad, en donde realizan trabajos con: apicultores, mujeres embarazadas, agricultores, maya hablantes, lengua y cultura, y escuelas de educación básica. El objetivo es llegar y atender a las comunidades, pero sobre todo, respetar sus usos y costumbres, evitando perder la identidad y otorgando prioridad a este tema.
Para agregar comenté que, actualmente existe un grave problema de migración hacia las ciudades que empuja la pérdida del sentido de pertenencia. Es importante reencontrar a los jóvenes a través de este tejido de conocimientos, así como también para rescatar sus costumbres. Y ¿cómo responden a esto?, ellos señalan que en la institución se habla maya y español, sumando también las clases de inglés.
Con 980 alumnos se exhiben como una universidad grande, pues cuentan con 20 hectáreas que preservan la selva y la identidad.
Por su parte, la MC. María Luisa Raygoza Alcocer me relata que actualmente la universidad cuenta con ocho programas educativos a nivel licenciatura e ingeniería, y uno a nivel maestría. La oferta en licenciatura es: Lengua y Cultura, Turismo Alternativo, Salud Comunitaria, Gestión Municipal, Gestión y Desarrollo de las Artes. Por otra parte, las ingenierías son: Sistemas de Producción Agroecológica, Desarrollo Empresarial y Tecnologías de la Información, y Comunicación; y por supuesto, la maestría en Educación Intercultural que ofrecen cada año.
Resaltan que ya son 16 años de trabajo y, antes de que la universidad existiese, los jóvenes tenían que emigrar a las ciudades para continuar con sus estudios, o bien abandonarlos; hoy tienen la opción de una oferta de calidad.
Les comenté que en estos días, regresar a los jóvenes al campo se está tornando cada vez más difícil, por lo que es preocupante la pérdida de identidad. En este sentido, ¿cómo se están rescatando ellos mismos al interesarse en la oferta educativa?, y ¿cómo se ha desarrollado esta sinergia? Interesante lo que la maestra María Luisa menciona: Uno de los aspectos más importantes de la universidad está en la vinculación comunitaria. Con esto, se ha logrado que los jóvenes puedan valorar e identificar cuestiones importantes del lugar donde viven; identifican qué es lo que tienen, desarrollando proyectos en beneficio de sus comunidades. Explica también que algunos terminan migrando, pero los que se quedan han impactado en el desarrollo de su gente.
La universidad está logrando que los jóvenes reconozcan y revaloren lo que tienen, entre todo su propio idioma; aceptan que su lengua tiene mucha significancia y deben respetarla, apropiarse de ella y sentir orgullo de hablar maya en todos lados.