El Juzgado de Campeche ha aceptado un amparo en favor de las abejas y los apicultores y ha solicitado a las autoridades que detengan el uso de agrotóxicos durante el proceso legal.
Después de casi tres semanas desde la celebración del Día Mundial de la Abeja y la solicitud de un juicio de amparo por parte del Colectivo de Comunidades Indígenas Mayas de los Chenes a favor de las abejas y los apicultores, se ha anunciado este jueves que el Segundo Juzgado de Distrito, con sede en Campeche, ha admitido el recurso y ha ordenado al gobierno federal, estatal y municipal en los casos de Hopelchén y Campeche que tomen medidas de control y detengan el uso de agrotóxicos durante el desarrollo del juicio.
Hopelchén ha estado experimentando una crisis ambiental sin precedentes durante varios años como resultado de diversas prácticas agroindustriales que han provocado, entre otras cosas, la muerte sistemática de las abejas.
Uno de los eventos más graves ocurrió el 22 de marzo pasado, cuando apicultores de varias comunidades de Hopelchén encontraron millones de abejas muertas, afectando a 110 apiarios pertenecientes a 80 apicultores, con un total de 3,365 colmenas.
Esto fue resultado de las fumigaciones con varios plaguicidas altamente peligrosos y altamente tóxicos para las abejas, incluido el Fipronil, que ya ha sido prohibido en 36 países a nivel mundial, incluyendo la Unión Europea y Estados Unidos.
Este evento, que no es un hecho aislado, es el resultado de la falta de medidas de protección que limiten el uso indiscriminado de agrotóxicos y la deforestación excesiva, acciones que han sido denunciadas durante años, tanto por las comunidades como por organizaciones ambientales y de derechos humanos, como las causantes de la grave crisis ambiental y de salud en Hopelchén.
Ante esta omisión persistente, el 19 de mayo, los apicultores y apicultoras mayas presentaron un juicio de amparo en el que reclamaron el incumplimiento de las autoridades de los tres niveles de gobierno en garantizar, bajo el estándar más alto de protección, los derechos humanos al medio ambiente sano y el derecho que tienen como pueblo originario, al no reconocer a las abejas como sujetos de derecho y a las comunidades originarias como sus guardianas.
Con información de La Jornada Maya
